Claves sobre las que debe asentarse la estrategia de marketing para sobrevivir al mundo post-coronavirus

¿Qué deben hacer las marcas y las empresas en la nueva normalidad y en el mundo que está dejando el coronavirus?
Esa es posiblemente una de las grandes preguntas que se hacen los responsables de las compañías y especialmente los marketeros, quienes tienen que navegar las aguas turbulentas de un momento complicado.

La estrategia de marketing no puede pararse durante estos meses, aunque debe afinarse y debe tener muy en cuenta el momento en el que las marcas y sus potenciales clientes se encuentran. No vale hacer cualquier cosa y, sobre todo, no vale pensar solo en el momento exacto y el corto plazo.

Así, la estrategia de marketing y las acciones de las empresas deben asentar no solo su presencia en el presente, sino también en el futuro. Las compañías deben seguir trabajando para crear relaciones de valor y para conectar con los consumidores de un modo valioso y sólido. Deben cuidar sus posiciones, porque marcará la relación con los consumidores en el futuro.

En el último estudio de BrandZ sobre valor de marca, sus analistas también han analizado qué deben hacer las marcas y cómo impactará en su estrategia a largo y medio plazo.

De sus conclusiones, se pueden extraer varios puntos que resultan cruciales para el futuro de las marcas y que funcionan como pilares en los que debe afianzarse la estrategia de marketing.

Propósito de marca

La importancia del propósito de marca ha quedado clara durante los últimos años. Los millennials primero y la Generación Z después han evidenciado la importancia de que las marcas fuesen más allá de los objetivos tradicionales – hacer caja – y que se comprometiesen con la sociedad. Pero la crisis del coronavirus ha hecho más visible esta realidad y ha acelerado esta situación.

Como apuntan en el análisis, en el contexto actual es más importante que nunca contribuir y comprometerse. “La respuesta de las marcas debe abarcar a los consumidores, la sociedad en genera y los empleados así como a sus partners en la cadena de producción”, apuntan.

No hay que explotar el momento, pero sí actuar bien, porque esto generará asociaciones de marca positivas que irán más allá de este momento y se quedarán en el medio y largo plazo, señalan. Por supuesto, ese compromiso debe ser “sincero” y coherente.

Innovación

Como explica en el estudio, incluso en los peores momentos los innovadores “verdaderos” no dejan de innovar. Siguen invirtiendo en I+D, lo suficiente para seguir manteniendo su relevancia y su condición.

Ahora mismo es más importante que nunca tener en cuenta cómo los cambios y las mejoras en los productos impactarán de forma positiva en la vida de los consumidores y en cómo les ayudarán en estos tiempos complejos.

Comunicación

Las marcas no deben mantenerse calladas durante la crisis. Siempre que sea posible, insisten, se debe “mantener el share de voz” que la marca tiene. Esto es, no se puede perder terreno ni el peso que se tenía en los mensajes que el consumidor recibía. Eso sí, ese mensaje y esa comunicación deben evolucionar y deben tener en cuenta el momento.

El mensaje debe seguir siendo relevante y efectivo, pero también debe aportar algo a los consumidores en este momento (aunque sea simplemente un respiro frente a la situación en la que se encuentran con un toque de humor).

Experiencia
Si la experiencia ya era clave antes, más lo es ahora. Este no es el único estudio que lo señala y que destaca la importancia de cuidar la experiencia para sobrevivir al impacto de la crisis del coronavirus. Como explican, la experiencia genera “las asociaciones mentales más fuertes” que son necesarias para crear valor de marca.

Aunque la situación sea complicada y difícil, las marcas necesitan lograr mantener sus estándares de calidad y simplificar todavía más las cosas para los consumidores.

Amor

Cuando se habla de amor y marketing siempre parece una suerte de concepto complejo y poco tangible, pero lo cierto es que es una pieza crucial del puzle. Las emociones son muy importantes para comprender por qué los consumidores quieren a una marca frente a otra y qué los conecta con ellas.

Además, no solo se trata de que las marcas con las que se tiene una conexión emocional sean más relevantes sino que, en situaciones como estas, funcionan a otros niveles para los consumidores.

Como apuntan en el estudio, las marcas que amamos nos dan “momentos de alivio y calma” en los momentos de estrés. Igualmente, ayudan a crear sentimientos de comunidad entre los consumidores.

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