La evolución máxima es la tecnología Cloud Hosting de cientos de máquinas por servicio, completamente virtualizadas, lo que nos libera del equipo físico. Esto se logra gracias a una estructura de grandes y muy potentes equipos, con instancias virtuales que manejan la demanda que necesites, en el momento que la necesites, usando un pool de recursos físicos que tenes en esa nube, organizados y redundantes que nos permiten dar respuestas flexibles y adaptativas en caso de demandas no previsibles o picos de trabajo. Cada servidor está perfectamente optimizados para atender de la mejor manera el tipo de demanda que recibe: así sea procesamiento para bases de datos, almacenamiento para correos o memoria RAM para web. Servicios descentralizados, distribuidos, redundantes y virtualizados lo que nos permite soportar una falla técnica sin que esta afecte un servicio y seguir funcionando con normalidad con el resto de los equipos de la red.